Texto argumentativo: ¿Cómo planificar su redacción?

Crear texto argumentativo
Carlos Rodríguez
Carlos Rodríguez
Su amplia experiencia en las ferias del libro le ha dado una idea clara de lo que buscan y necesitan los autores.
Contenido

El texto argumentativo es aquel que tiene como fin establecer una tesis y mantenerla mediante su defensa a través de justificaciones y/o razones. El objetivo es convencer al interlocutor sobre un punto de vista, ya sea porque este lee la redacción, o porque la está escuchando de viva voz de su autor.

Un escritor puede hacer uso de este tipo de redacciones en sus obras. Un ejemplo de texto argumentativo lo encontramos en los thrillers, en donde el detective expone sus argumentos para terminar señalando al culpable del crimen cometido. Por supuesto, tampoco faltan en géneros como el ensayo literario. Dada su importancia para los autores, en esta ocasión vamos a dar todos los detalles sobre cómo hacer un texto argumentativo.

¿Cómo empezar una redacción argumentativa?

Lo primero que hay que tener en cuenta comenzar a escribir este tipo de textos es la estructura de un texto argumentativo: tesis, cuerpo de la argumentación y conclusión. Por ello, para empezar a redactarla tendrás que tener en cuenta qué quieres defender, es decir, el punto de vista desde el que partes.

Por tanto, para empezar una redacción argumentativa necesitarás saber qué opinas sobre un tema y plasmarlo en el papel. Una vez que tengas claro este punto de vista, podrás empezar a recapacitar sobre los motivos que te han llevado a tal posición (y este será el cuerpo de la argumentación, que se desarrollará hasta el final).

En otros casos, la estructura puede ser a la inversa. Por ejemplo, comprobar si la opinión que mantienes verdadera. Sobre el esqueleto de un texto argumentativo hablaremos más adelante, por ahora quédate con esto: para empezar a redactar tendrás que tener muy clara la posición que tienes sobre un tema.

Pasos para crear un texto argumentativo

Tener clara la tesis que marcará la redacción no es lo único que hay que saber para escribir un texto argumentativo. Estos son todos los pasos que debes dar para poder elaborar uno del mejor modo posible:

Seleccionar un tema

¿Sobre qué va a hablar tu texto argumentativo? Al igual que no hay novela sin trama, tampoco podrás redactar nada si no sabes el tema que quieres defender de cara al lector, o persona a la que te dirijas. Te recomendamos que te decantes por un área que domines o, al menos que sepas dónde encontrar información para empezar a construir tu argumentario.

Investigar

¿Tu tesis es correcta? Solo hay una manera de averiguarlo: investigar y contrastar. Bibliotecas (físicas, u online), entrevistas con profesionales, etc. Hay muchos lugares en donde puedes encontrar información que te servirá para crear el cuerpo de la argumentación, quizás el punto más importante de este tipo de textos.

Organiza tus ideas

Si ya has investigado, frente a ti tendrás un gran número de información y datos. Puede que compartan temática, pero necesitas que los pongas en orden para que tengan sentido. Te aconsejamos que organices todas las ideas que hayas podido obtener y empieces a montarlas de manera similar a la que podría tener un discurso creado a partir de tu argumentación.

Escribe una introducción

Antes de hablar sobre el tema que ofreces en tu texto argumentativo, es una buena idea que al menos introduzcas el área sobre la que vas a tratar. Se trata de que el lector que se acerque a lo que escribas vaya contextualizándose y sabiendo de qué vas a hablarle. Hay muchas opciones, desde un repaso cronológico, hasta poner sobre la mesa todo lo que se haya redactado antes.

Desarrolla el cuerpo del texto

¿Ya has introducido el tema del que va a tratar tu texto argumentativo? Bien, ahora es el momento de empezar a defender tu postura. Para ello, ¿recuerdas todas las ideas que tenías, y que eran fruto de tu investigación? Pues son las que van a ayudarte a ponerlo todo en pie y darle forma a tu creación.

Escribe la conclusión

Esgrimir razones para defender tu postura frente a un tema concreto es el cuerpo de un texto argumentativo, pero debes saber cuándo parar. Y la conclusión es el cierre que debes poner a tu redacción, el culmen, la meta a la que te haya llevado tu investigación (o la del personaje ficticio que la esté desarrollando en tu novela).

Revisa y edita

Como todo texto, el argumentativo no está exento de fallos y posibles erratas. Puede que exista falta de concordancia entre los argumentos expuestos, faltas de ortografía, o un nivel alto de tecnicismos (o escaso, si tu redacción se dirige a un público especializado). Y sólo hay una manera de saberlo, revisando y corrigiendo.

Características de un texto argumentativo

características texto argumentativo
Características texto argumentativo

El texto argumentativo se caracteriza por un tono que tiene como objetivo captar la atención del lector para poder convencerlo. Esta es su primera diferencia de otras tipologías, como las redacciones expositivas, en donde solo se dan a conocer hechos, pero no hay intención de convencer a otra persona sobre un punto de vista.

Por ello, nos encontramos con un uso del lenguaje con fines persuasivos en donde se emplean recursos como la exposición de ideas e información, narración de una serie de hechos (el poder del storytelling). Por supuesto, tampoco faltan elementos retóricos con el que darle más autoridad a los argumentos presentados.

¿Y qué podemos encontrar entre las distintas partes de un texto argumentativo? Citas textuales que concuerden y apoyen la tesis que estamos presentando, enumeraciones de los distintos razonamientos que se van exponiendo, esquemas, así como descripciones de situaciones similares.

Estructura de un texto argumentativo

La estructura habitual de un texto argumentativo responde a una organización en torno a tres apartados: introducción, cuerpo argumentativo y conclusión. Así es como se divide el contenido:

Introducción

En esta parte se suele partir de una breve exposición del tema que se va a tratar y de la tesis que el autor mantiene al respecto. El objetivo es despertar el interés del destinatario no solo respecto al área de la que se escribe, sino del punto de vista.

Cuerpo argumentativo

Tras presentar el tema y anunciar el punto de vista, el autor ofrece una serie de razonamientos, ejemplos y otros elementos con la finalidad de convencer a quien lea el texto. En este punto podemos encontrarnos diversas estructuras atendiendo a la complejidad de la argumentación.

Por ejemplo, podemos encontrarnos textos argumentativos en donde solo se enuncia una tesis, mientras que en otros el razonamiento se puede enfrentar a otros para ver si el punto de vista es refutado, o confirmado al invalidarse la idea contraria.

Por último, cerrando el capítulo de la estructura de un cuerpo argumentativo, podemos encontrarnos ante un texto que apueste por la deducción, en donde se comienza por una idea principal, se desarrollan argumentos para justificarla y se termina con una conclusión. O, por el contrario, la inducción, que donde se presenta una serie de ejemplos y realidades que hacen que el autor alcance una tesis final.

Tipos de redacciones argumentativas

¿En dónde podemos encontrar una redacción argumentativa? Su presencia es más común de lo que creemos y estos son algunos de los espacios que ocupan:

  • Ensayo. Uno de los usos literarios que se les puede dar al texto argumentativo. El autor presenta un tema y discute y reflexiona sobre el mismo. La intención es la de que el lector termine por aceptar el punto de vista que el redactor formula y su convencimiento venga a través de sus razonamientos expuesto.
  • Novelas. Las novelas policíacas son otro buen ejemplo de uso de texto argumentativo, en especial en aquellas donde el detective termina descubriendo al criminal. Aunque sea ficción, el autor debe dejar bien atadas las deducciones que se exponen al lector de manera que sea convincente la acusación final.
  • Propaganda electoral. ¿Por qué deberías votar a un partido político? Sus responsables tienen varios motivos para ello y no dudarán en venderte su opción como la mejor a través de la propaganda electoral, un terreno en donde no faltan los textos argumentativos en forma de mítines, programas, etc.
  • Publicidad. Si los políticos quieren tu voto, los fabricantes y vendedores de productos quieren que adquieras su oferta. Por ello en publicidad encontramos numerosos textos argumentativos con el fin de hacerte ver que la compra que realices no será un capricho. Es decir, pretenden crearte una necesidad.

Ejemplos de textos argumentativos

A continuación te expondremos unos cuantos ejemplos de textos argumentativos para que puedas ir familiarizándote con los mismos:

Ejemplo de ensayo, sacado de La rebelión de las masas (José Ortega y Gasset):

“La división de la sociedad en masas y minorías excelentes no es, por lo tanto, una división en clases sociales, sino en clases de hombres, y no puede coincidir con la jerarquización en clases superiores e inferiores. Claro está que en las superiores, cuando llegan a serlo, y mientras lo fueron de verdad, hay más verosimilitud de hallar hombres que adoptan el «gran vehículo», mientras las inferiores están normalmente constituidas por individuos sin calidad.

Pero, en rigor, dentro de cada clase social hay masa y minoría auténtica. Como veremos, es característico del tiempo el predominio, aun en los grupos cuya tradición era selectiva, de la masa y el vulgo. Así, en la vida intelectual, que por su misma esencia requiere y supone la calificación, se advierte el progresivo triunfo de los seudointelectuales incualifícados, incalificables y descalificados por su propia contextura. Lo mismo en los grupos supervivientes de la «nobleza» masculina y femenina. En cambio, no es raro encontrar hoy entre los obreros, que antes podían valer como el ejemplo más puro de esto que llamamos «masa», almas egregiamente disciplinadas.”

Ejemplo de texto argumentativo usado en novela de detectives, sacado de El sabueso de los Baskerville (Arthur Conan Doyle)

“El mismo Baronet le contó la historia del sabueso, preparándose, sin saberlo, el camino hacia la tumba. Stapleton, como voy a seguir llamándolo, sabía que el anciano estaba enfermo del corazón y que cualquier emoción fuerte podía acabar con él, información que le había facilitado el doctor Mortimer. También llegó a sus oídos que Sir Charles era supersticioso y que se tomaba muy en serio la macabra leyenda del sabueso. Su ingenio le sugirió de inmediato una manera para acabar con la vida del baronet sin que existiera en la práctica la menor posibilidad de descubrir al culpable)

Ejemplo de propaganda electoral:

¡No dejes que otros decidan por ti! En estas elecciones, elige a Lorenzo García, el candidato de la Unión de los Pueblos, quien se compromete a trabajar duro para mejorar la vida de todos los ciudadanos. Su experiencia y liderazgo nos aseguran un futuro próspero y justo para todos. ¡Únete a la Unión de los Pueblos y vota por Lorenzo García!

Ejemplo de publicidad:

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Conclusión

Aunque el texto argumentativo pueda parecer algo alejado de los textos literarios, la realidad nos demuestra que sí. Algunos géneros, como la novela policiaca, hace uso de ellos y es muy importante conocer la estructura de los mismos y su desarrollo para poder crear este tipo de redacciones.

Y es que no hay que pensar en ellas como creaciones independientes, sino como una parte que puede conformar un texto más grande. Nunca hay que olvidarse que no hay normas cuadriculadas a la hora de escribir un libro, y que distintos estilos pueden combinarse.

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