En mis novelas combino personajes reales con otros ficticios y hechos verídicos con otros verosímiles. Al lector le creo la duda de cuáles son unos y otros, ha de discernir cuáles son ciertos y cuáles no. Es un juego divertido, que se resuelve cuando el lector ha leído la obra y la comenta conmigo. En ocasiones, los hechos que parecen más serios son invenciones y los más absurdos verdaderos, quizá porque muchas veces la vida es absurda por definición.
Amigo lector, lee Ferias, leyendas y chiflados, mi última novela, y dime qué personajes y hechos dirías que son verídicos y cuáles no.