Reflexión
El lenguaje de las manos tan real como el de la voz.
Quizás sea más creíble hablar desde el silencio, “que gritar.”
Manos:
Demostrar la inocencia.
Demostrar sentimientos.
Confirmar un acuerdo.
¡Te hablo con el corazón!
Palmas hacia arriba: sumisión.
Saludo: ofrecemos la mano.
Decir te amo: manos en el corazón, o más actual
– alzar tres dedos el índice, anular y menique.
Pedir limosna o ayuda.
Manos cruzadas.
Manos enlazadas.
Tengo frio.
No te vayas, (súplica).
Adiós – hasta siempre: despedida.
Mostrar pánico.
Mostrar confianza: manos a la vista, o desconfianza, ocultar las manos.
Manos del recién nacido, puño cerrado con fuerza – luchando por la vida.
Manos de la vejez: labradas, sembradas, raíces añejas, repletas de historias, de lunas menguantes, de lunas crecientes. Del sol que calienta, del frio que anula verdades tan ciertas. Hay manos sangrantes por heridas viejas, que no cicatrizan porque no hay receta.
Hay manos alzadas pidiendo la paz, a los que disparan que sordos y ciegos ya todos están. Manos que suplican, que no pueden más, porque las palabras el viento las lleva de acá para allá.
Hay manos cruzadas, cerradas o abiertas, mostrando la muerte que nació con ellas, y en el camposanto descansando quedan.
Manos.
Hortensia Alcalá
Cheña