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Amor de Verano

Tan sólo fue un amor de verano,

vestido de profundos ojos negros,

la ropa escasa,

la sonrisa dibujada,

el sabor a salitre en los labios.

No fue el primero, pero sí el único

que se situó en ese tiempo

de fresco oleaje,

días interminables

y descanso del frío invierno.

Quizás, de ahí venga la ternura

enlazada en el más lindo de los recuerdos;

un amor de verano,

un beso robado al tiempo,

con los ojos oscuros

y la piel ardiendo,

entre la espuma del mar

y la música de las fiestas del pueblo.

Publicado en Blogs de autores

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