-La mitad de tu brújula-
Un día se te rompe la mitad
de la brújula;
de repente, sin aviso,
te golpea,
te angustia.
Un día, te quedas en desequilibrio
sin la fuerza que llevabas,
conociendo tu camino.
Un día, parece desaparecer
el norte bajo tus pies errantes,
orgullosos y vacíos.
Comprendes que lo que te golpea
es la soledad del infinito,
recordándote el paso del tiempo,
lo eterno, la oscuridad y el frío.
Se te quema el corazón
con las esquirlas de la brújula
arañando la piel de tus manos,
antes bellas,
ahora temblorosas sin razón.
Elevas tus ojos al cielo,
allí, un ángel te dice:
si no puedes usar la brújula,
guíate por las estrellas.