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Fragmento Oculto para Sandra

Fue difícil recordar de qué habíamos hablado aquel día. Tan sólo me quedó la sensación de que más que andar flotaba a ras de suelo con las mariposas del estómago jugando a enredar sentimientos y emociones, atrapando al corazón en la humedad de unos ojos definitivamente enamorados.

El parque era precioso. Nunca había estado allí y compartir su naturaleza cogidos de la mano era la perfecta estampa de cualquier historia romántica. Sólo faltaba que mi cabeza luciera con una pamela y tú llevases un traje ibicenco.

Hasta que tu rostro se transformó en un lagarto que empezó a perseguirme, convertida yo en mosca diminuta.

Y es que no sólo soñaba despierta contigo. Alguna noche, mi cabeza hacía locuras como ésta y el inconsciente se divertía torturándome con los imposibles.

Publicado en Blogs de autores

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