Tan solo he leído las primeras palabras del enunciado y ya siento que me desplomo. Intento coger aire pero mis pulmones parecen que no quieren recibir oxígeno, parecen que están cansados de seguir haciendo su trabajo, parecen que están cansados de seguir luchando, es tan solo un suspiro pienso, un solo suspiro para poder volver al examen, una bocanada de aire para no desvanecerme sobre la mesa, de ser así el pánico se propagaría entre mis compañeros, entre mis compañeras, multiplicándose el asombro desagradable en el profesor y en la profesora y por consiguiente llegaría la alarma a mis progenitores.
Venga Azahar no quiero que eso pase, Azahar cierra los ojos, coge aire, retenlo…
O soy muy buena actriz o ¿cómo es posible?, cómo es posible que nadie se haya dado cuenta que la bella flor se ha marchitado, que esa chica llena de sueños e ilusiones ha dejado de existir, que Azahar se ha desmoronado. Habrá tanta gente en mi situación, es decir, tan destruida como yo lo estoy y que pasen desapercibidas o incluso peor, que sean tachadas de personas extrañas, raritas… En el pasado, solo era una espectadora del bullying, donde no entendía muy bien ni a los acosadores ni a los acosados, si me centro en estos últimos pensaba ‘no es justo que se rían de ellos, sin embargo ¿cuál es la razón para que se comporten de esa forma?, no tienen conductas normales’, es tan desbastador entender qué no eliges tener esos comportamientos, que solo eres un títere y que no puedes hacer nada por cambiarlo.
Lo que en efecto considero curioso es que en el presente me he convertido en la más rarita de la clase y aun así no recibo ni tan solo un insulto, en contra de lo que suele pasar en estos casos me mantengo en mi lugar privilegiado de alumna casi perfecta.
Conforme iba caminando y entrando al aula tenía una sensación ligera de mareo, miré a la profesora primero y al profesor después, gritaba con la boca cerrada ayuda…, no la obtuve, obtuve lo que todos, un examen. Tenía la esperanza de que me preguntaran ¿estás bien?, ¿qué te pasa?, ¿necesitas algo?…, da igual lo que me preguntaran, solo necesitaba que me preguntaran, solo necesitaba que se dieran cuenta.., soy la alumna casi perfecta, ¿qué voy a necesitar?, estoy rozando la perfección, sería ilógico. No les culpo, ya no solo por la falsa creencia sino que no emití ninguna palabra, ¿cómo voy a culparlos?, aunque, aunque sé que mis ojos suplicaban auxilio.
La vida es una montaña rusa llena de altibajos, es un clásico que siempre he dicho, siempre he pensado que hay épocas de bajón y otras de subidón, ¿el problema?, mejor dicho ¿mi problema? mi problema es que la montaña rusa se ha estropeado y ya no sube, es más, baja y cada vez baja más y más y yo me pregunto si sigue en esta dirección ¿hasta dónde voy a llegar? A este ritmo muy pronto entraré en el vacío del abismo y si llego ahí, si bajo hasta ese nivel no podré emerger, no sé por qué lo sé, simplemente lo sé.
Sinceramente estoy exhausta, no son nuevos los conflictos en mi casa…, de hecho, desde que tengo uso de razón han existido, la diferencia es que antes era una niña y vivía en una realidad paralela no siendo muy consciente de la infeliz vida que mantienen, al crecer me he convertido en parte de esa infelicidad, los quiero y valga la redundancia no quiero verlos mal, intervengo con la ilusión de que cambie la situación, pero mi intento de paliar ese martirio no es más que una mera falacia que no me trae más que emociones horribles de asimilar, algo más fuerte que la propia tristeza; preocupación, culpa, desesperanza, frustración, decepción y finalmente la que tanto terror me provoca, la apatía.
¿Lo más doloroso?, lo más doloroso no sé si son todos esos sentimientos amargos o que a los ojos de la sociedad somos una familia feliz y a la que seguir. No hace mucho nos dijeron que éramos una familia que se envidia, y yo digo ¿exactamente qué es lo que se envidia?, ¿las malas contestaciones?, ¿los desprecios?, ¿las miradas llenas de rencor y asco?, ¿el sarcasmo cruel?, ¿la mitomanía?, a no, ya sé de donde viene la envidia, del maltrato psicológico que recibimos a diario mi hermano y yo.
A veces…, a veces pienso que sería una salida el decir la verdad de lo que tengo que vivir en mi casa día tras día cuando los ignorantes me felicitan la espectacular vida que creen que tengo, sin embargo nunca me atrevo, toda esa información acerca de mis vivencias que deseo escupir las dejo en mi mente reconcomiéndome y me dedico a contestarles con una ligera sonrisa llena de melancolía, muchas gracias.
Daría, daría lo que fuera por cambiar mi vida por la de cualquiera de los que elogian a mi familia, tengo la certeza de que intercambiándome por alguno o alguna sería un poquito menos desgraciada, simplemente el poder levantarme tranquila y no a causa de discusiones sería tan gratificante. Imagino además como sería estar en sus vidas, tener días, tener semanas monótonas, suena tan bien, monotonía para mi es paz y paz felicidad. No obstante, quizás al estar acostumbrada a soportar tantas adversidades me haría no poder relajarme, incluso buscar obstáculos y sabotear el principio de mi bienestar, si eso ocurriera significaría que mi vida está destruida.
Lo mejor es que se divorciaran de esa forma dejarían de dañarse y de dañar a todo lo que tienen a su alrededor y es que puede parecer surrealista pero no solo sufrimos mi hermano y yo, sino que también sufre nuestro perrito, cuando comienzan las voces él se esconde asustado, temblando y seguramente al igual que mi hermano y yo rezará para que cesen los gritos infernales.
He aprendido que es más sencillo callar y aparentar, tan solo es una decisión, mi decisión, decisión que tomé hace tanto tiempo…, la cuestión es que esta decisión se está volviendo tan complicada e insostenible que se me ha olvidado apreciar la vida con la facilidad con la que anteriormente la apreciaba. Es que mi decisión se me ha vuelto en contra, por cada sonrisa que finjo es como si me clavaran cinco puñales en mi pecho, por cada muchas gracias que digo es como si se me necrosara la lengua y por cada mentira que suelto es como si una aprisionadora pasara por encima de mi alma. Sin quererlo he terminado en tal engaño que se me ha ido de las manos, no recuerdo muy bien como entre en él, su origen está tan distorsionado que ni flashback me quedan ya del comienzo y lo más desgarrador es que no tengo las herramientas para salir de este desasosiego.
Me da tanta pena mi hermano, me siento la responsable de su suerte y ya no sé qué hacer para que no sufra, intento que no se dé cuenta de lo que ocurre, en algunas ocasiones se queda solo en el intento, me da tanta rabia porque aquí la intención no es lo que cuenta, lo que de verdad cuenta es que viva en la ignorancia. Y lo que más desconsuelo me da es que en cierto modo cada vez me cuesta más ocultarle las cosas, pues se junta dos factores, uno, que mi hermano ya no es tan pequeño y el otro, que mis padres son cada vez más incoherentes y alterables. Estoy asustada por él, no me gusta ver la tristeza que veo en sus ojos y aún menos me gusta ver las marcas que tiene; cuando le vi las cicatrices y le pregunté me contestó que el motivo era una caída que tuvo con la moto, parecía sincero, en cambio creo que me miente, eran arañazos tan perfectos, cortes que seguían un mismo patrón que el verdadero motivo parece ser autolesiones.
Una noche, mientras escuchaba sus peleas a la vez que miraba el afilado cuchillo que tenía entre mis manos, miré también mi muñeca y ahí fue cuando me derrumbé, lloré, lloré y lloré como nunca antes había llorado, un llanto tan profundo que cuando terminó me quedé tan sumamente abatida que ni fuerzas me quedaban para levantarme de la cama y ahí me quedé dormida hasta el día siguiente. Cuando desperté creí que había sido un sueño desagradable, o dicho con otras palabras una pesadilla y ¿qué es una pesadilla?, mi vida, ahí me di cuenta que había sido cierto.
Mi objetivo con ese cuchillo no era el de hacerme daño, entiendo que si mi hermano se autolesiona tampoco quiere hacerse daño, tan solo quiere liberarse de esta angustia que llevamos arrastrando durante tantos años, en parte siento un pequeño alivio y es que al menos sus heridas ya han cicatrizado, puede que formen parte del pasado, puede que haya sido puntual, y sobre todo puede que su forma de acabar con la angustia no sea tan radical como la forma que yo decidí llevar a cabo durante unos segundos.
Me produce pavor pensar que vi como una salida al sufrimiento terminar con todo y me produce pavor que vuelva esa idea a mi cabeza, es una idea tan fuerte que no se si mi racionalismo va a ser capaz de controlarla o este se va a ir apagando y dejando que aflore la idea hasta acometer su fin.
No sé qué hacer, no sé a quién acudir, no sé cómo he llegado a pensar en eso, solo sé que yo sola ya no puedo, que esta situación es un huracán gigante y que yo soy una flor muy pequeñita que va ser arrastrada por tanta agua. He pensado en ir a terapia, pero ¿con qué dinero lo pago?, no soy más que una estudiante sin ingresos, ¿les pido el dinero a los autores de mi malestar?, no sería tan mala idea, que al menos paguen de alguna forma lo que me hacen sufrir, no sé qué hablo, si soy incapaz de mostrarle la más mínima dificultad que tenga, ¿voy a decirle que he llegado a mi límite?, ¿qué estoy en el limbo?, obviamente no.
Martirizarme no sirve de nada, bueno si sirve de algo, de bajar un poquito más en la montaña rusa, de sentirme más insegura, más vacía, con menos autoestima y casi apagada, no puedo apagarme al menos en tanto que viva el perro, al menos en tanto que mi hermano no se pueda valer por sí mismo, me necesitan y no puedo permitirme fallarles, ellos son mi todo, son la luz que hace que siga encendida, los amo tanto que siempre estaré ahí para ellos.
Son las doce menos cuarto, ha pasado alrededor de dos horas desde que me senté y cogí el bolígrafo… Solo necesitaba sentir que podía respirar, tan solo coger aire, no necesitaba entrar en una disociación que me saltaran las lágrimas. Las manos se me han entumecido, las piernas ni siquiera las noto, el corazón bombardea sangre a toda prisa, estoy temblando y nadie se percata nada…, es mejor así.
Tranquila Azahar, aparenta normalidad, pronto voy a poder llorar tranquilamente a escondidas, solamente quedan quince minutos para poder encerrarme en el cuarto de baño, encima está al lado de la puerta, será fácil llegar hasta él antes de que la tristeza se apodere de mí y las lágrimas recorran mis mejillas sin poder frenarlas y el corazón se me encoja tanto que parezca que va a dejar de latir.
Venga Azahar concéntrate por favor, tengo al menos que intentar hacer el examen, no puedo permitir que encima de haber perdido más de una hora y media por mis malditos pensamientos pierda los últimos minutos. Vamos a repetir el proceso de cuando me senté, cierra los ojos, coge aire, mantelo Azahar, solo un poco más, deja que se vaya lentamente, vale ahora sí, mis pulmones han logrado hincharse al máximo, parece que mi esencia se ha limpiado…, Azahar coge el boli y adelante, haz lo que puedas.



