En un panorama repleto de manuales técnicos, transcripciones frías o apuntes dirigidos a un lector especializado, Javier García nos ofrece una maravillosa excepción, una obra que irrumpe como un soplo de aire fresco en el tumultuoso universo de la náutica, y muy especialmente en el de la regata. El lector tiene en sus manos un texto que invita a ser leído con deleite, con pausa, con el respeto que exige aquello que ha sido vivido profundamente. Aquí no solo se navega: se respira el Mediterráneo, se oye el rugido del viento en la jarcia, la tirantez de las drizas, se hurga en la rigidez de ese obenque que encepa el palo, se palpa la tensión de una trasluchada crítica, se siente el respeto que impone el estrecho de Gibraltar y el pulso entre el Atlántico y el Mare Nostrum.
Marinero combina aventura, memoria, nostalgia y emoción, pero también lealtad, disciplina, compañerismo y autenticidad, así como un profundo respeto y una innegable admiración por el mar, con una voz narrativa que tiene la fuerza suficiente para atrapar tanto a lectores conocedores de la navegación como a aquellos que se acercan por primera vez a este mundo.
