Tres circunstancias importantes han impedido, hasta ahora, que José Javier González Ramírez tenga obra publicada y, por tanto, han motivado que su libro de poemas haya quedado guardado en el cajón del olvido tras haber superado todos los obstáculos, correcciones, maquetación y otras circunstancias de la edición. La primera de ellas fue el fallecimiento del actor principal en el proceso de publicación de la que pudo ser su primera obra poética. Por otro lado, aunque la literatura nunca ha dejado de ser actor principal en sus proyectos de vida, es cierto que ha habido otras importantes motivaciones laborales, familiares e inquietudes artísticas que ocuparon sus estímulos culturales.
Por último, el descubrimiento del arte románico y su pasión por él supusieron un gran estímulo que ocupó mucho espacio y energía en su vida. El románico (la arquitectura, la pintura y la escultura de esta expresión artística que le dio sentido a Europa) se convirtió durante mucho tiempo para él en objeto de estudio y motivo de viajes, visitas y debate intelectual. Sin embargo, de nuevo se produce el milagro: este trabajador se jubila, redescubre la magia de la poesía y vuelve a escribir con las ganas y los sentimientos de un adolescente. Fruto de ello, el lector puede disfrutar hoy de este poemario.
