Jordi Sabater (Barcelona) ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a trabajar como agente comercial. Sin embargo, desde siempre sintió una profunda inclinación por la escritura, una pasión que cobró un nuevo sentido en una etapa especialmente difícil de su vida. El punto de inflexión llegó cuando su esposa fue diagnosticada con esclerosis lateral a miotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que afecta las neuronas motoras y que, con el tiempo, la dejó completamente tetrapléjica. Aunque perdió la capacidad de hablar y moverse, conservó la memoria y la consciencia.
Durante este periodo, Jordi aprendió a comunicarse con ella a través del lenguaje de sus ojos, en un vínculo profundo y silencioso que marcó su existencia. Al principio, Jordi escribía para ella, como una forma de acompañarla y expresar lo que las palabras habladas ya no podían transmitir. Con el tiempo, esa escritura se transformó en una vía personal de expresión. Así comenzó a crear poesía, tanto en verso como en prosa, dando rienda suelta a una imaginación que define como fértil y sorprendente.