¿Y si el dolor neuropático pudiera reconfigurarse desde su raíz? Este libro presenta un enfoque terapéutico innovador y sorprendentemente eficaz: el uso de grapas metaméricas como herramienta de neuromodulación, aplicada sobre territorios metaméricos específicos con el objetivo de modular el dolor neuropático crónico, desde la piel hasta el sistema nervioso central.
El Dr. Francisco Cózar, traumatólogo con más de cuarenta años de experiencia clínica y pionero en el abordaje físico del dolor crónico, comparte en esta obra el fruto de dos décadas de observación y práctica continuada. Su método, validado en más de cuatro mil pacientes tratados, demuestra que es posible intervenir el dolor cuando ya no responde a fármacos, fisioterapia ni cirugía. Este libro no es un tratado teórico. Es el testimonio riguroso de una medicina que vuelve a poner las manos sobre el cuerpo y el razonamiento clínico sobre la estadística. El dolor tiene memoria. Aquí aprenderá a borrarla.





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Los autores se basan en múltiples estudios neurofisiológicos que interpretan el dolor humano como un estado mental complejo en el que además de activarse cortex somatosensorial y emocional, se activan áreas de memoria episódica y de funciones de expectativa, predicción y valoración. Si en este sistema se produce una disfunción pueden quedar áreas hiperexcitadas a pesar de haber desparecido el estímulo causante. A modo de lo que ocurre con el estrés postraumático (TEPT), que tras cesar los sucesos traumáticos se puede desencadenar re-experimentación, evitación, hiperactivación y otros efectos psicológicos, físicos y emocionales incapacitantes y difíciles de eliminar.
La técnica utilizada por los autores es mediante la implantación de grapas a nivel medular segmentario que generan casi de inmediato una interferencia funcional e inhibición en las redes neuropáticas y que, a corto plazo, gracias a la plasticidad sináptica, permiten la reconfiguración de la neuromatriz del dolor desde la propia periferia.
Aunque nos informan de que este bloqueo neural es permanente, también nos advierten que este tratamiento no sirve para dolores nocioceptivos, originados por causas todavía activas, ya que en estos casos se trataría de un mecanismo de alarma corporal básicamente adaptativo.
También nos exponen una treintena de asombrosos casos clínicos con su evolución antes y después del tratamiento. Ya, hacia el final, los autores nos facilitan un valioso registro de investigadores y sus contribuciones a la neurociencia del dolor.
Esta obra, aparte de su contenido médico, es una audaz propuesta, lejos de los enfoques tradicionales del tratamiento del dolor, que nos abre nuevas vías para interrumpir la memoria del dolor crónico y volver a restaurar las funciones y la vida perdida.
Guillermo Bustelo
«Muchas gracias, Guillermo, por tu lectura tan atenta y por tu valoración tan generosa. Comentarios como el tuyo nos animan a seguir investigando y compartiendo este camino.”